Dali Yazawa
Desde siempre, mi mamá se come el Diablitos a cucharitas. Por supuesto, con esa adicción nos introdujo a la arepa con Diablitos apenas pudimos comer alimentación. El enamoramiento con el Diablitos fue de inmediato, para mi el romance alcanza los 56 años.
Escribí un poema en reconocimiento a una tía ultra vegana, que se horroriza solo de pensar en un producto animal. Ese poema le agradece a mi tía, tantos aprendizajes para la salud y finaliza :
Lo siento, pero no puedo dejar de soñar con una arepa con Cheesewhiz, desbordada con Diablitos…